Ni de aquí ni de allá

03/09/2018 QUIZÁ ESTO NO SEA ALGO NORMAL... Cada que reviso el reloj, es la misma hora, el tiempo es tan relativo, que cuesta trabajo, diferenciar, cuando el paso del mismo solo fue una ilusión  óptica o realmente paso implacable... Creo que vivo obsesionada con el tiempo... ¿y tú?

Y después de varios meses de no acceso y de no pienso, regreso, con las ganas de sentirme fresca, rejuvenecida, revivida, con nuevas ideas, más creativa, más activa, y al parecer al sentarme y tratar de expresar lo que deseaba, las ideas salen a tropezones, con faltas de ortografía, cortadas, melancólicas, lacónicas, breves, confusas y quizá un poco hurañas.  Por ello las siguientes líneas son solo ideas aisladas, que un día quizá no muy lejano, pueda unir en un texto con más sentido.  Idea 1 "Los años son ¿Un cúmulo de experiencias? o ¿Recuerdos que nos negamos olvidar? Al paso de los años o simplemente del tiempo, vamos acumulando muchas experiencias de las cuales uno que otro día  llegamos a remembrar.  Hoy como muchos otros es un día de esos, donde el dicho popular "recordar es volver a vivir" cimbra mi cabeza, por tanto recuerdos pasados,  que vienen a mi mente, sacando una sonrisa o una lágrima... Idea 2 "Trabajo" Lunes de vuelta

Por si las moscas... Cada tercer lunes del mes, tu aparecías colgado en la pared, tan callado y apacible que a veces creía que no eras tu, si no más bien, un hologramas que habías dejado a propósito para poderte salirte con la tuya, sin que yo me diera cuenta. O que al darme cuenta, fuera demasiado tarde, para poder decir algo a mi favor, situación que pasaba la mayoría de la veces y que me enfurecía hasta la médula osea. Pero para mi sorpresa, este día fue diferente, esa sombra inanimada, sin nada que decir o expresar, cayada y sombría, errática y apática eras tu, tu quien en los mejores momentos, hablabas hasta por lo codos, tu el que siempre buscaba animar la situación o agregar algún hecho curioso a la plática y así cansar a la monotonía que algunos días parecía maratonista,  pero la sorpresa no obedecía al simple y llano hecho de que fueras tu en carne y hueso, sino más bien,a que no era el tercer lunes del mes, era martes...   

Día uno, cuento uno... Un día te levantas, y no sabes que es lo que quieres, un día te levantas y sabes lo que quieres, pero para poder llegar a esta segunda situación falta, quizá, un poco de suerte y un poco de alcohol, un poco de llanto y un poco de amor o posiblemente, solo estar en conexión con el universo. Posibilidades hay muchas, siempre y cuando uno sea consciente de que las cosas cambian de un día para otro y que hay que dejarse llevar, como el viento se lleva las nubes de pase de aquí para allá...